Por: Alejandro Dodera
“El cielo es un lugar en la tierra” es el título traducido al español de la canción que va a acompañar este episodio de Black Mirror, en el que se nos presenta una realidad alternativa ambientada en 1987. Las protagonistas de esta historia se van a encontrar en diálogo con temas fundamentales de nuestro camino como seres humanos: el amor, la muerte y la búsqueda de la vida eterna. A lo largo de este capítulo vamos a ir conociendo dos historias condicionadas por el modo de entender la muerte, la diversidad sexual y el valor de nuestra propia vida desde diferentes perspectivas. Por un lado se encuentra Yorkie, una chica con una vida marcada por una familia conservadora que no aceptó su orientación sexual, mientras que por el otro está Kelly, otra joven que viene a romper con sus estructuras, pero que cuenta con una vida familiar ya vivida a la que sigue atada afectivamente. La decisión que nos mantendrá expectantes a lo largo de este capítulo será si las protagonistas hacen una opción por permanecer o no en este universo alternativo llamado San Junipero.
Esta elección que determinará el episodio también nos puede echar luz en nuestro discernimiento sobre la realidad que estamos viviendo, actualmente, en el contexto de aislamiento social por la pandemia del coronavirus. En definitiva, la opción fundamental de nuestras protagonistas va a ser cómo pararse frente al panorama que se les presenta: si sostener una mirada nostálgica anclada al pasado o si tomar una postura activa y transformadora de la realidad orientada al bien mayor.
Black Mirror es una serie que se caracteriza principalmente por presentar relatos donde la ficción pareciera que nos anticipa escenarios futuros de nuestra sociedad y junto a ellos los dilemas éticos en torno a la libertad, la responsabilidad y la privacidad a los que iríamos encaminados.
Este fue uno de los capítulos más comentados de la tercera temporada de la serie, personalmente creo que logra diferenciarse positivamente de los demás, porque no cae en presentar un relato fatalista o apocalíptico, sino que pone el foco en la esperanza de la vida eterna pensada desde la óptica ficticia del avance de las tecnologías en el mundo moderno. Durante una hora este capítulo te mantiene pendiente de una historia en la cual el amor y la búsqueda de trascendencia van acompañadas de una musicalización y estética ochentosa que termina siendo un elemento representativo y clave para disfrutar de esta producción. También se puede reconocer como la búsqueda de liberación, no solo personal en las protagonistas, sino también cultural subyace a toda la trama dándole un valor extra.
Desde una mirada de fe podemos hacer un paralelismo entre la dimensión virtual que nos presenta Black Mirror en esta serie y la plenitud de la vida eterna en la cual creemos. Con esa relación a su vez podríamos pensarnos como cristianos en búsqueda de brindarle sentido a nuestras vidas desde nuestras opciones de vida. A lo largo del episodio se puede ver como la libertad va tomando un rol protagónico, no solamente desde lo que representa para la pareja principal abrirse a la experiencia del amor, sino también en las decisiones cruciales que van discerniendo.
En lo personal cuando vi por primera vez “San Junipero” quedé atrapado principalmente por la historia de amor y el desenlace inesperado de la misma, pero al ver los créditos finales y escuchar nuevamente “Heaven is a place on earth”, canción que simboliza perfectamente este episodio iba reconociendo el valor que subyace a la historia oficial, la esperanza como motor vital. Más allá del anhelo ficticio de elegir dónde y cómo permanecer eternamente, el mensaje que me dejó San Junipero es el de poder mirar nuestros miedos y condicionamientos a la luz de la necesidad de darle sentido a nuestras experiencias de vida.
Quizás lo más llamativo de esta realidad virtual es que nos invita a preguntarnos cómo podemos poner en comunión la esperanza con la acción, cómo pensar nuestra cotidianidad desde la utopía transformadora, cómo imaginarnos que el cielo es un lugar en la tierra.
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