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Foto del escritorIgnacio Castro SJ

Recomendaciones

Actualizado: 26 jul 2023


Amor, amar, amarse, amar a otros, amar a otras, amar a Dios, amar la historia, la vida, lo que sucede, amar lo que nos sorprende, amar a nuestras parejas, a nuestros hijos-as, a nuestros amigos-amigas; amor de juventud, amores para siempre, amores de verano; amar lo que hacemos, nuestro trabajo, nuestros estudios; amar el tiempo libre y el tiempo que escasea; amar la utopía de un mundo más justo y humano; amar la música, la lectura, el deporte; amor, amar… Pero no sólo eso, sino también sentirse amado, experimentarse amada, amarnos; tener la certeza de que estamos siendo amados; confiar que nos aman en medio de la rutina y también durante los fines de semana; saberse amado por aquella persona que me aferra de la mano mientras caminamos o vemos una película; sentirse amado-amada, que resuenen en nosotros por los siglos de los siglos aquellas palabras que Pedro le dijo a Jesús: Maestro, sabes que te amo.


Comenzamos con esta invocación al amor, porque junio, al ser el mes del Sagrado de Corazón y del Orgullo, se transforma en una bella invitación para volver a fijar la mirada en el amor, es decir, en amar y sentirse amad@. Por eso, les recomendamos dos libros y una película que nos puede ayudar a sumergirnos en ese Dios-Amor, siempre insondable y seductor.

El primer libro se titula Las gratitudes de la autora francesa Delphine de Vigan (¡todo lo que encuentren de ella es maravilloso!).

De manera sencilla y en pocas páginas, la autora nos toma de la mano de Marie, Jérôme y Michka, protagonistas de la historia, quienes nos llevan a entrar en esa expresión del amor que es la gratitud. De manera sensorial, somos testigos de aquella fuerza extraordinaria del amor que nos invita a gritar desde lo más profundo nuestro: ¡gracias! Esas gracias de verdad, que brotan de un corazón que ha sabido hacerse vulnerable al amado para que éste entre y se enraíce en lo profundo nuestro.


De algún modo, este libro nos recuerda que una buena historia no requiere de palabras e ideas complejas para conmovernos profundamente, porque el amor se calla, se baila, se abraza. ¡Hermosa, hermosa novela!

El segundo libro se llama En la Tierra somos fugazmente grandiosos, escrito por Ocean Vuong.

Aunque el título no convence del todo, lo que sí cautiva desde un comienzo es la historia que se nos regala en esta ópera primera del autor. De carácter autobiográfico y epistolar, el libro nos ofrece una larga carta que Vuong le escribe a su madre analfabeta.


Con un lenguaje íntimo, cotidiano y reflexivo, nos permite acompañar a un niño que asume la condición de intérprete familiar en un país anglo-parlante; a un joven que, en el cansancio del trabajo rural, descubre el contacto erótico con la piel de otro; a un adulto que hace de la escritura su forma de aceptación y liberación.


Entre tanta violencia y dificultades para escucharnos, se nos despliega una carta vital que nos ayuda a recordar que el amor salvará el mundo, porque “todo este tiempo me decía a mí mismo que habíamos nacido de la guerra, pero estaba equivocado, mamá. Nacimos de la belleza. Que nadie nos confunda con el fruto de la violencia, violencia que, pese a haber pasado a través del fruto, no ha conseguido pudrirse”. ¡Bellísimo!

Finalmente, la película que recomendamos se llama Palmer (2021). Dirigida por Fisher Stevens y protagonizada por Justin Timberlake y Ryder Allen, nos muestra la historia de un hombre que, paulatinamente, va vinculándose con un menor de edad, desarrollando una paternidad adoptiva responsable.

Aunque de manera bien hollywoodense, la peli nos demuestra que el amor no solo convierte y redime, sino que es capaz de cuestionar aquellas estructuras patriarcales y heteronormativas que hemos internalizado y naturalizado desde nuestra niñez.


Creo que Palmer es un bello ejemplo en el que se logran sintetizar los dos hitos de memoria que mencionamos al inicio: el corazón de Jesús y el orgullo a la diversidad sexual, porque el amor que emerge del corazón abierto de Jesús no debe ser mutilidado por nuestras cegueras, intolerancias o incomprensiones. Ojalá que esta peli sea una excusa para cuestionar nuestro modo de amar y de sentirnos amados-as, porque lo importante es amar… sobre todo, amar


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