¿Qué es?
“La bailarina de Auschwitz: una historia inspiradora de valentía y supervivencia” es el título del libro escrito por Edith Eger y que destaca por ser una novela autobiográfica donde la autora relata en cuatro partes la manera en la que sobrevivió a los campos de concentración de Auschwitz y, por sobre todo, en como se pudo sobreponer a este episodio de su vida.
¿Por qué leerlo?
“El tiempo no cura. Lo que cura es lo que haces con el tiempo” es una las frases que es posible ver en la última parte del libro y que permite reflexionar en cómo las adversidades de la vida no pasan solas sino que implican un trabajo y esfuerzo personal del cual no podemos escapar.
Edith Eger relata en este libro su historia de infancia, desde antes que fueran llevados a los campos de concentración y de cómo sus sueños se vieron detenidos por otras personas. Mientras la historia avanza nos relata la forma de sobrevivir a estos sucesos donde la manera de escribir de la autora permite que no soltemos el libro fácilmente. A medida que el libro avanza se nos relata como la guerra termina, la vida sigue para la mayoría pero que, para ella, implicó un trabajo de aceptación y de trabajo personal que le llevó años realizar y donde sus estudios de psicología junto al apoyo de quienes la rodeaban fue clave para poder liberarse de aquellos fantasmas que la rodearon durante gran parte de su vida. Sin duda un libro que permite que nos pongamos en los zapatos de la autora pero que también nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vida.
¿Qué mensaje de Dios nos transmite?
Más de una vez probablemente hemos escuchado frases relacionadas a cómo no debería afligirme por mis problemas ya que hay gente que lo está pasando peor. ¿Qué tan sano es esto? Sin duda hay gente que puede tener problemas mayores pero también es importante hacerse cargo de los propios, de ver mis fantasmas internos y trabajar en torno a ellos por el bien de mi salud mental.
El libro de Edith Eger además de ser un relato sobrecogedor también es parte de un relato que nos inspira a detenernos y pensar en nuestros fantasmas, en todo aquello que hemos dejado de lado y que, por la rapidez de la vida, muchas veces hemos olvidado. ¿No será hoy una invitación a detenernos y pensar un poco en aquellos asuntos que si bien habíamos guardado no han desaparecido?
Hoy la invitación es a poder encontrarnos con nosotr-s mismos quizás a través de la oración, puede que en un momento guiado o simplemente a respirar y permitirnos un momento de desconexión que nos ayude a reflexionar sobre nuestro ser interior, sobre aquello que necesitamos sanar y que, si bien ayudar es clave, debemos empezar por nosotr-s mismos.
Por: Francisca Rodríguez.
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